¡Felices Fiestas Patrias Chile querido y querida provincia de Cauquenes!
Barrio Estación de Cauquenes: 141 años de historia, comunidad y resiliencia
Coterráneos, lamentablemente se ha ido otro grande de la música cauquenina Mario Orellana Lillo, más que un músico, un amigo, un alma generosa y un verdadero amante de la vida y la música.
Así recordaremos siempre a Mario Orellana Lillo, quien partió recientemente, dejando una profunda huella en Cauquenes y en todos quienes compartieron con él su arte, su simpatía inagotable y su pasión por la música. Su historia es también la historia de una generación de músicos cauqueninos que con creatividad, esfuerzo y amor, marcaron a fuego la identidad cultural de su ciudad.
Nacido en Curacautín el 15 de octubre de 1954, desde pequeño sorprendió con un talento musical innato. Se crió en una familia de profundas raíces educativas y artísticas. Su padre, Mario Orellana Alarcón, fue profesor y director del Instituto Politécnico de Cauquenes, mientras que su madre, Mercedes Lillo Pino, era una talentosa soprano lírica. Fue con ella que dio sus primeros pasos en la música, acompañándola con el acordeón desde una edad muy temprana.
A los tres años, Mario ya había comenzado a absorber la música como un lenguaje propio. Escondido tras una puerta mientras su padre tomaba clases de acordeón, memorizaba las lecciones solo con escucharlas. Apenas terminaba la clase, él mismo se lanzaba a interpretar las melodías recién aprendidas. Así, casi como un juego, Mario desarrolló una capacidad sorprendente para ejecutar diversos instrumentos —desde cuerdas hasta teclados— que lo llevaría a ser conocido por sus colegas como un “pequeño Mozart”.
La familia se trasladó a Cauquenes cuando él era aún un niño. Allí no tardó en destacar en las escuelas y festivales locales, ganándose el cariño del público por su virtuosismo y carisma. En su adolescencia fue parte de legendarias agrupaciones como “The Angel”, “Los Clavos Torcidos”, “Los Poster”, y otros tantos proyectos musicales. No había instrumento que se le resistiera, ni escenario que no supiera conquistar con humildad y talento.
Su vida fue la música, incluso cuando no pudo vivir de ella. Estudió Contabilidad, trabajó en destacadas clínicas y empresas en Santiago, pero jamás dejó de tocar. Participó en tributos, colaboró con jóvenes músicos emergentes y siguió aprendiendo, compartiendo y emocionándose con cada acorde.
Fue también un hombre profundamente humano. Conectado con la naturaleza, con un respeto entrañable por los bosques, los ríos y las montañas. Agradecido de sus amigos, entre ellos el profesor Alejandro Morales, con quien compartió la música, la vida y la familia.
En Cauquenes, quienes lo conocieron su legado trasciende generaciones. Era más que un músico, era un símbolo de pasión, perseverancia y nobleza. Su historia no solo nos inspira, también nos invita a reflexionar sobre la importancia de valorar a quienes, desde el arte, la cultura y el compromiso comunitario, construyen silenciosamente nuestra identidad.
Hoy Cauquenes lo despide con música, esa que él convirtió en puente, refugio y bandera.
Gracias, Mario, por el arte, la amistad y la música que llevaste contigo siempre.
Equipo Editor Cauquenino.com
Pinchar en la foto para acceder a Archivo
Plataforma Redes Sociales
Destacamos otrás Páginas de la Provincia de
Cauquenes
Cauquenino - Blog Ciudadano de la Provincia de Cauquenes
Blog Ciudadano
Provincia de Cauquenes - Chile
https://www.cauquenino.cl